PERSONAJES
ANA
MARGA
MERCHE
BEA
JAVI
JORGE
MANU
LUIS
SARA
La acción tiene lugar en el vestíbulo
de una casona abandonada en estado ruinoso. Está muy oscuro. Hay polvo y telarañas
por todas partes. Las paredes, desnudas. Hay muebles esparcidos por aquí y por
allá, en bastante mal estado: sillas, mesas, cómodas y objetos diversos que
dan al lugar un aspecto tétrico e inquietante. En el centro del escenario, una
alfombra vieja y mohosa.
De repente se oye el ruido de una puerta al abrirse. A continuación,
murmullos ininteligibles. Después, silencio. La escena se ilumina con luces de
linterna procedentes de la izquierda del escenario. A continuación tiene lugar
el siguiente diálogo, aún fuera del escenario.
ANA (desde
fuera del escenario) - ¿Por dónde vamos?
BEA (desde
fuera del escenario, asustada)- Yo me voy
MARGA (desde
fuera del escenario)- No lo sé. ¿Tú por dónde quieres ir?
BEA (desde
fuera del escenario)- Oye, que os digo que me voy.
ANA (desde
fuera del escenario)- Miremos
por allí, a ver qué hay.
BEA (desde
fuera del escenario, gritando)- ¿¿Es que no me oís?? ¡¡Me quiero ir!!
TODAS (desde
fuera del escenario)- ¡¡Chhist!!
MERCHE (desde
fuera del escenario) - No hace falta que grites.
BEA (desde
fuera del escenario)- Es que no me hacéis caso.
MARGA (desde
fuera del escenario)- Echemos un
vistazo por allí.
Entran en escena por la izquierda
ANA, BEA, MERCHE y MARGA. Detrás de MERCHE, se esconde BEA, que mira asustada
hacia todas partes. Todas llevan mochila y una linterna encendida.
MERCHE- Este
sitio podrá servir.
ANA- ¿Estás
segura?
MERCHE- ¡Es
perfecto! Es… grande, hay espacio. Y hay una mesa. Cabemos todas y hasta
podremos comer sentadas, mira, ahí hay sillas.
BEA- A mí no
me gusta.
MARGA- A mí me
gustaría estar más cerca de la puerta.
BEA- Eso, eso,
más cerca de la puerta.
ANA- ¿Tenéis
miedo?
MARGA- ¿Miedo?
¡Pero qué dices! Lo que pasa es que aquí… no hay ventilación. Y hay mucho
polvo.
MERCHE- La
verdad es que se nota que hace años que nadie pasa un trapo.
MARGA- ¿Y si
hay un incendio? Fijaos en todos estos muebles. Cuanto más cerca estemos de la
puerta, mejor.
ANA- Estás
muerta de miedo, reconócelo.
MARGA- ¡No es
verdad!
ANA- Entonces
nos quedaremos aquí.
(Pausa. ANA y MARGA se miran, como
retándose)
MARGA- Vale.
MARGA se quita la mochila, la deja
en el suelo, la abre y busca algo en su interior.
BEA- Pues yo sí
tengo miedo.
ANA- ¡Pues
haberlo dicho antes, guapa! Decidimos que vendríamos a pasar aquí la noche, lo
decidimos juntas, ¿ya no te acuerdas? ¡Pues ahora te fastidias! Y si no te
gusta, lárgate de la pandilla.
MERCHE- No hace
falta que le hables así.
ANA- ¡Es que
estoy harta! Desde que hemos llegado al bosque no ha dejado de dar la brasa.
MERCHE- Tú no
eres quién para decirle que se vaya de la pandilla.
ANA- ¿Pero es
que no lo ves? ¡Está cagada de miedo!
MERCHE- Vale, a
lo mejor tiene miedo. Pero ha venido, ¿no? Tiene miedo pero aún así está
dando la cara, eso sí que es ser valiente. (Mirando
a BEA) Ella sabe que si estamos juntas no nos pasará nada, tenemos que
confiar las unas en las otras. Ella confía en nosotras y sabe que no le
fallaremos, por eso se quedará. (Se
acerca a BEA) Te quedarás, ¿verdad?
BEA (después
de pensarlo unos instantes)- Sí.
MERCHE le quita la mochila y la deja
en el suelo. Después hace lo mismo con su propia mochila. MARGA saca de su
mochila un saco de dormir y lo extiende en el suelo. Las otras la imitan.
MARGA- ¿Y ésos?
¿Dónde se habrán metido?
ANA- Es verdad,
ya deberían estar aquí.
MERCHE- ¡Cuánta
porquería!
MARGA- A lo
mejor están en el piso de arriba.
ANA- No vendrán.
Ellos mucho bla, bla, bla pero ya veréis cómo al final se rajan, así que a lo
mejor no hace falta ni que saquemos los sacos de dormir.
MERCHE- No creo
que están en el piso de arriba, oiríamos pasos.
BEA- ¿Tú
crees?
ANA (a
MERCHE)- ¿Y tú cómo lo sabes?
MERCHE- Pues
porque esta casa es muy vieja. El techo es de madera. Y como la madera es vieja,
al andar seguro que cruje.
MARGA- ¿Qué
tal si vamos a comprobarlo? Que ellos están arriba, digo.
ANA- Si tú
quieres…
BEA- ¡Un
momento!
MARGA- ¿Qué
pasa?
BEA- Creo que
he oído algo.
ANA- ¿Dónde?
BEA (señalando
el techo)- Ahí.
ANA- ¿Seguro?
MERCHE- Pues
vamos a verlo.
MARGA- Seguro
que son esos atontaos. Yo voy por ahí.
(señala la izquierda)
ANA- Pues yo
digo que esos se han rajado y no vienen, pero si queréis vamos a echar un
vistazo, yo voy por ahí (señala la
derecha) ¿te vienes, Merche?
MERCHE- Vale.
ANA- ¿Y tú,
Bea?
BEA- ¿Estás
loca? Yo no me muevo de aquí.
ANA- Pues tú
verás.
Salen todas por el lado que han
escogido, excepto BEA, que se queda sola. Se oye un crujido.
BEA- ¡Esperad,
no me dejéis sola! ¡Marga! ¡Margaaa!
Sale corriendo por la izquierda. El
escenario vuelve a permanecer casi a oscuras. Pausa. Se oye el ruido muy débil
de una puerta al abrirse. Ruido de corriente de aire. A continuación se oyen
pasos. De repente se enciende una cerilla. Vemos de forma muy difusa las
siluetas de JORGE y MANU - y quizá también su cara- que entran por la
izquierda y avanzan con precaución por el escenario. De repente se oye a
alguien golpeando tímidamente una puerta. A continuación entra por la
izquierda JAVI. Los tres llevan mochilas. MANU es más pequeño que ellos.
JORGE (a
JAVI, mosqueado)- ¿Pero tú eres tonto o qué?
JAVI- ¿Qué
pasa?
JORGE- ¿Por qué
llamas a la puerta?
JAVI- Yo que sé…
Por si hay alguien.
JORGE- ¿Quién
quieres que haya? ¿Los espíritus de los muertos?
MANU- ¡No
digas chorradas!
JORGE- Tú te
callas.
MANU- No me da
la gana.
JAVI- Se me ha
ocurrido que a lo mejor estaban aquí dentro y que si llegábamos así, de
repente, a lo mejor se asustaban.
JORGE- ¿Quién?
JAVI- Pues…
las chicas.
JORGE- ¡Pero
mira que eres plasta! ¡Te digo que ésas no van a venir!
JAVI- Ya, pero,
¿y si han venido?
JORGE- Mira,
paso, no quiero discutir contigo. Venga, las linternas.
El escenario se ilumina ligeramente
con la luz de sus linternas.
MANU- Pues yo
estoy con Javi, a mí no me gustaría que de repente entrara alguien y me diera
el susto de mi vida.
JORGE- Yo no me
asustaría.
MANU- Ya.
JORGE- ¡Te
digo que no me asustaría! Además, seguro que esas pavas se rajan y no
aparecen.
JAVI- ¿Y tú cómo
lo sabes?
JORGE- Ya verás.
MANU- Pues yo
digo que sí van a venir.
JORGE- Tú te
callas, piltrafilla.
MANU- ¡Oye!
JAVI- Tío, no
le hables así.
JORGE- Es
verdad, es un piltrafilla. Pero tiene suerte de que yo soy su hermano, y
le voy a enseñar a ser un tío hecho y derecho como yo.
MANU- Pues
antes que parecerme a ti, prefiero seguir siendo un piltrafilla.
JORGE- ¡Manu,
te estás pasando y te voy a...!
JAVI (interrumpiendo
a Jorge y enfocando con su linterna las mochilas de las chicas)- ¡Eh,
mirad!
Los tres enfocan las mochilas de las
chicas con sus linternas. Pausa.
JAVI- Pues han
llegado ellas antes.
MANU (a
JORGE)- ¡Toma! ¿Ves como tenía razón?
MANU se echa a reír.
JORGE- ¿Se
puede saber qué te hace tanta gracia?
MANU (riendo)-
¿A mi? Nada. ¡Si yo estoy muy serio!
JORGE- A lo
mejor no son sus mochilas, Javi.
JAVI- ¿Y de
quién van a ser, si no?
JORGE- Pues… (intenta
buscar otra explicación pero no la encuentra)
JAVI- Tenemos
que reconocerlo, Jorge: han venido y además han llegado antes que nosotros. No
lo vamos a tener tan fácil como pensábamos.
MANU -
¿Y ahora qué?
JORGE- Pues nos
va a tocar pasar la noche aquí con ellas.
MANU (algo
asustado)- ¿En serio?
JAVI- ¡Pues
claro! Hasta que una de las dos pandillas se raje y salga por patas.
MANU- Pues ojalá
se rajen pronto, porque este sitio no me gusta nada.
JORGE- ¿Tienes
miedo?
MANU- ¿Yo? ¡Qué
va!
JORGE- Mejor,
porque nosotros tampoco tenemos, ¿verdad, Javi?
JAVI- ¿Dónde
se habrán metido?
JORGE- Ni idea.
JAVI- A lo
mejor están arriba.
MANU- ¿Tú
crees?
JAVI- A lo
mejor están inspeccionando la casa. Y las casas antiguas siempre se empiezan a
inspeccionar por arriba.
MANU- ¿Y tú
como lo sabes?
JAVI- Siempre
se empieza por el desván, es donde están las cosas más interesantes: baúles
con recuerdos, fotos, muebles, trastos…
JORGE- Aquí
también hay muebles.
JAVI- Seguro
que en el desván hay más cosas. Y más interesantes.
MANU- ¿Y para
qué quieres ir allí?
JAVI- Para ver
el sitio donde viven los fantasmas de la casa.
JORGE- ¿Fantasmas?
MANU- ¿Qué
pasa, Jorge? ¿Tienes miedo? ¡A ver si vas a ser tú el piltrafilla!
JORGE- Cállate,
enano.
MANU (burlón,
con cantinela)- ¡Jorge tiene miedo, Jorge tiene miedo!
JORGE (amenazador)-
Que te doy, ¿eh?
JAVI- ¿Queréis
dejar de pelearos? Tenemos que ser respetuosos y estar muy al loro. A los
fantasmas no les gusta que la gente se pelee en su casa. Quieren descansar en
paz.
JORGE- ¡Vaya
chorrada! Yo no creo en fantasmas.
MANU- Pues yo sí.
JORGE- ¿Ah, sí?
¿Y desde cuándo?
MANU- No te
importa.
JAVI- Son almas
en pena.
JORGE- ¿Qué
quieres decir?
JAVI- Que sus
almas no pueden descasar en paz por culpa de algo terrible que hicieron cuando
estaban vivos. Así que no les metáis más pena en el cuerpo y no os peleéis
aquí.
JORGE (burlón)-
Ya, pobrecitos. No sigas, Javi, me vas a hacer llorar.
JAVI- Menos
cachondeo, que va en serio.
Se oye un crujido de madera en el
techo. Silencio.
MANU (asustado)-
Ha sonado en el techo.
JAVI- ¿Lo
veis? Ya se han mosqueado.
JORGE- Ahí
arriba hay alguien.
MANU- ¿Qué
hacemos?
JAVI- No lo sé.
MANU- ¿Nos
vamos?
JORGE-¡Pero qué
dices! Seguramente son las pavas ésas.
JAVI- ¿Y si
son los fantasmas?
JORGE- ¿Qué
pasa? ¿Tienes miedo?
JAVI- ¡No!
Pero un fantasma mosqueado puede ser peligroso.
JORGE- El que
no sea un cagao, que me siga.
Inicia una salida por la derecha. Se
detiene en el extremo derecho del escenario.
JORGE- ¿Venís
o qué?
MANU y JAVI se miran. Finalmente van
hacia él y los tres salen por la derecha. Pausa. Se oye un débil aullido, que
podría ser provocado por el viento. De repente se ven luces procedentes de la
izquierda del escenario. El siguiente diálogo tiene lugar fuera de escena)
BEA (desde
fuera del escenario, asustada)- ¿Qué ha sido eso?
MARGA (desde
fuera del escenario, nerviosa)- No lo sé.
BEA (desde
fuera del escenario, asustada)- ¿Tú también lo has oído?
MARGA (desde
fuera del escenario, nerviosa)- Aquí hay alguien.
BEA (desde
fuera del escenario, asustada)- ¡Ay, no digas eso!
Se ven luces de linterna procedentes
de la derecha del escenario. El siguiente diálogo también tiene lugar fuera de
escena:
MANU (desde
fuera del escenario, asustado)- Era como… como…
JAVI (desde
fuera del escenario, nervioso)- Sí, como una especie de aullido.
MANU (desde
fuera del escenario, asustado)- ¿Tú también lo has oído?
JORGE (desde
fuera del escenario, nervioso)- ¿De dónde venía?
JAVI (desde
fuera del escenario, nervioso)- No lo sé, creo que de ahí, pero no estoy
seguro.
JORGE (desde
fuera del escenario)- Pues si hay alguien, le encontraremos.
BEA y MARGA entran por la izquierda
andando hacia atrás y enfocando sus linternas hacia el lateral izquierdo.
JORGE, JAVI y MANU entran por la derecha andando hacia atrás y enfocando sus
linternas hacia el lateral derecho. Finalmente sus espaldas chocan, se asustan y
gritan. Se les caen las linternas al suelo y las recogen a toda prisa.
Finalmente se reconocen.
CHICOS- ¡Vosotras!
CHICAS (al
mismo tiempo que los chicos)- ¡Vosotros!
MANU- ¡Ostras,
qué susto!
BEA- ¡Ya te
digo!
JORGE (chulito)-
Eh, eh, nosotros no. Aquí las únicas que se han asustado habéis sido
vosotras.
BEA, de puro nerviosismo, empieza a
soltarle mamporros a JORGE persiguiéndolo por todo el escenario.
JORGE se protege, sin devolverle los golpes.
BEA- ¿Y qué
esperabas? ¡Nos habéis dado un susto de muerte! ¡A mí por poco me da un
infarto! ¿Es que no sabéis llamar a la puerta antes de entrar?
JAVI- ¿Ves lo
que te decía, Jorge? Hay que llamar.
JORGE (esquivando
los golpes como puede)- ¿Te quieres estar quieta, niña?
BEA- ¡No me da
la gana!
MANU- Oye, deja
en paz a mi hermano.
MARGA- ¡Bea,
para ya!
BEA, a pesar de que sigue enfadada,
deja de golpear a JORGE. Pausa.
BEA (abrazando
a MARGA, llorosa)- Estoy muy asustada.
JAVI- Menuda
histérica.
MARGA- No te
pases. Todos nos hemos asustado.
JAVI- Pero ella
se ha puesto como loca.
JORGE- Está
cagada de miedo.
MARGA- No es
verdad.
BEA- Sí es
verdad. Estoy muerta de miedo. (Se echa a
llorar) Lo siento, me gustaría ser más valiente. Pero no puedo. (a
MARGA) Os estoy dejando en ridículo.
MARGA- No digas
eso.
MANU- Yo también
tengo miedo.
JORGE- ¿Pero
qué dices?
MANU- Es la
verdad. A ver si ahora esta pobre va a pensar que es la única.
JAVI- Manu, no
tienes por qué ayudarla. Fueron ellas las que se pusieron chulas y nos retaron
a pasar aquí la noche. Y encima se reían porque decían que no seríamos
capaces.
JORGE- Y no es
de nuestra pandilla.
MANU- ¿Y qué?
(a BEA) ¿Sabes qué me hacía mi
madre cuando era pequeño y me portaba mal?
JORGE- Manu…
MANU- ¿Qué
pasa?
JORGE- ¡Que no
lo cuentes!
MANU- ¡Lo
contaré si me da la gana! (a Bea)- Me
encerraba en una habitación oscura. No mucho rato, sólo cinco o diez minutos,
pero con eso ya hay de sobra para cogerle miedo a la oscuridad. Una vez mi madre
me dejó ahí media hora porque la llamaron por teléfono y se olvidó de mí.
JORGE- ¡Vale
ya, Manu!
MANU- ¡No
quiero! ¡Tú, cuando hacías algo malo te
escondías bajo la cama y no salías hasta que a mamá le pasaba el cabreo!
JAVI- ¿Y tú
por qué no te escondías bajo la cama?
JORGE (a
Javi, mosqueado- ¡Eso, tú hazle hablar!
JAVI- ¿Qué
pasa? ¿No puedo preguntar?
MANU- Él no
dejaba que me metiera. Decía que entonces mamá también le vería a él y nos
encerraría a los dos en la habitación.
JORGE- Pero esa
vez de la media hora fui yo el que te abrió la puerta para que salieras.
MANU- Claro,
porque mamá estaba colgada al teléfono en la otra punta del piso y sabías que
no te pillaría.
MARGA- Bueno,
bueno, no hace falta que os peleéis.
BEA- Gracias
por contármelo, Manu.
MANU- De nada.
JAVI- ¿Entonces
habéis sido vosotras las que habéis hecho el aullido ése?
MARGA- ¿Nosotras?
JAVI- Sí (Pausa.
Se miran) ¿No habéis sido vosotras? (Silencio)
BEA- ¡Ay,
madre!
MARGA- Nosotras
no hemos hecho nada. Pensábamos que habíais sido vosotros.
MANU- ¡Ay,
madre!
JORGE- Pues no,
no hemos sido nosotros.
Pausa. Todos se miran inquietos y
empiezan a mirar a su alrededor.
MARGA- A lo
mejor han sido Ana y Merche.
JORGE- ¿También
han venido?
MARGA- Sí. Se
han ido por ahí. (Señala la derecha)
JAVI- Pero
nosotros veníamos precisamente de allí.
JORGE- Sí, y
no hemos visto nada.
MARGA- ¿Habéis
subido al piso de arriba?
JORGE- No.
BEA- Pues ellas
querían ir al piso de arriba.
JORGE (a
Javi)- ¿Lo ves? No eran fantasmas.
MARGA- ¿Fantasmas?
BEA- ¡Ay,
madre!
JORGE- Es que
Javi ha oído un ruido en el piso de arriba y ha dicho que eran los fantasmas de
la casa. Dice que hemos mosqueado a las almas en pena.
MARGA- ¿En
serio?
JAVI- Sí. Y
puede ser muy peligroso.
MARGA- ¡Venga
ya!
JAVI- Sí, sí,
tú ríete. Pero todos hemos oído un aullido y ninguno de nosotros lo ha hecho.
Pausa breve
TODOS (menos
JAVI)- ¡Ay, madre!
MANU- A lo
mejor deberíamos irnos.
BEA- No sería
mala idea, yo ya hace rato que lo digo.
JORGE (desde
el extremo derecho del escenario)- ¡Os digo que no son fantasmas! ¡Pero si
aquí no hay nadie! ¡A ver si os enteráis! ¡Nadie!
Entra MERCHE por el extremo derecho
del escenario.
MERCHE- Hola.
JORGE grita, asustado, y se aparta
de un salto. JAVI, MANU, MARGA y BEA ríen. Detrás de MERCHE llega ANA.
MERCHE- ¿Qué
pasa?
MARGA- Nada,
que Jorge estaba diciendo que aquí no había nadie...
BEA- Y de
repente apareces tú y.... Es que me parto.
JORGE- Bueno,
ya vale con el cachondeíto, ¿no?
MERCHE-
Perdona, no quería asustarte.
JORGE- No me
has asustado.
ANA (a
los chicos)- ¿Cuándo habéis llegado?
JAVI- Hace un
rato. ¿Es éste el sitio que habéis escogido para pasar la noche?
ANA (desafiante)-
Sí, ¿qué pasa?
JORGE- ¿No hay
un sitio mejor?
ANA- Si quieres
sube arriba y míralo.
JORGE- Eh, eh,
conmigo no te pongas chulita, ¿vale?
ANA- Yo me
pongo como me da la gana.
MERCHE- Ana...
ANA (a
JORGE)- No tienes narices para subir tú solo, ¿verdad?
MERCHE- Ana, no
empieces.
JORGE (a
ANA)- ¡Pues claro que tengo!
JORGE va a salir por la derecha pero
MERCHE lo detiene.
MERCHE- No
pierdas el tiempo, aquello es muy grande, pero las habitaciones son muy pequeñas,
no cabríamos todos.
MARGA- ¿Quieres
que durmamos todos en el mismo sitio?
MERCHE- No sé...
Será más seguro, ¿no?
ANA- ¿En serio
pretendes que durmamos con estos idiotas al lado?
MERCHE- Así
les controlamos. Imagínate que en mitad de la noche, aprovechando que estamos
dormidas, se quieren ir a casa con su mamá porque están muertos de miedo.
JORGE- ¿Pero
qué dices?
JAVI- ¿Cómo
quieres que nos vayamos? ¡Perderíamos la apuesta!
JORGE- Paso de
vosotras, nosotros nos vamos al piso de arriba. (a Manu y Javi) Vamos, chicos.
JAVI- ¿Y sin
son ellas las que se largan en mitad de la noche aprovechando que nosotros
estamos arriba?
JORGE (pensativo)-
Tienes razón. Mejor nos quedamos y así las vigilamos.
ANA (burlona,
a Jorge)- Espero que no ronques.
JORGE burlón,
a Ana)- Y yo que tú no te tires pedos.
ANA (mosqueada)-
¿Serás...?
MERCHE- ¡Bueno,
vale ya! Preparadlo todo deprisa, a ver si se les van a acabar las pilas a las
linternas.
(JORGE, MANU y JAVI se quitan las
mochilas y las dejan en el suelo. Sacan el saco de dormir y los extienden en el
suelo.)
BEA (a
Manu)- ¿Y tu padre no hacía nada?
MANU- ¿Cuándo?
BEA- Cuando tu
madre te encerraba en la habitación a oscuras.
JORGE (que
ha estado pendiente de la conversación) – Mi padre no podía hacer nada
porque se había tenido que ir a la guerra con los demás. Por eso mi madre
estaba tan nerviosa. Pero cuando la guerra terminó papá volvió a casa y todo
volvió a ser como siempre, ¿verdad, Manu?
MANU- Sí.
BEA- Mi padre
también fue a la guerra. Le dieron una medalla y todo.
MANU- ¿Ah, sí?
BEA- Sí. Mi
madre dice que fue muy valiente y que mató a muchos enemigos.
MANU- ¿Y en qué
bando estaba?
BEA- No sé. ¿Eso
es importante?
MANU- En las
guerras siempre hay dos bandos.
BEA- ¿Cuáles?
MANU- Pues...
el de los buenos y el de los malos.
BEA- Mi padre
seguro que luchaba en el de los buenos.
Además de los sacos, todos empiezan
a sacar otras cosas de las mochilas: cepillo y pasta de dientes, cantimploras,
mantas, etc.)
MARGA (a
ANA y MERCHE)- ¿Habéis encontrado algo interesante?
MERCHE- Nada.
Todo está hecho polvo. Y muy sucio.
ANA- La madera
del suelo está medio podrida. Ha habido un momento en que ha crujido tan fuerte
que pensábamos que el suelo se iba a hundir.
MERCHE- Pero es
muy grande. ¿Alguien sabe qué había sido antes este edificio?
JORGE- Un
balneario. Pero lo abandonaron nada más empezar la guerra.
MERCHE- Ahora
entiendo por qué hay tantas habitaciones.
JAVI- ¿Habéis
subido al desván?
ANA- Sí, y no
había nada. Sólo agujeros en el techo. Y entraba mucho frío.
JAVI- ¿Y no
habéis gritado en ningún momento?
MERCHE- No. ¿Por
qué?
MARGA- Aquí
abajo hemos oído como un aullido. ¿No habéis sido vosotras?
ANA- No.
MANU- Son los
fantasmas.
MERCHE- ¡No
son fantasmas! ¡Los fantasmas no existen!
MANU (más
asustado aún)- Pues a lo mejor son zombis.
MERCHE- ¡Estoy
harta de vuestras historias de miedo! ¡Todo tiene una explicación lógica!, ¿entendéis?
Así que dejad de pensar como críos.
JAVI- Todo el
mundo sabe que este sitio está embrujado.
JORGE- Es
verdad. Nadie quiere acercarse por aquí cuando hay luna llena. Se oyen gritos y
lamentos.
JAVI- Y
llantos.
MARGA- Tienen
razón, Merche. Y hasta cuando no hay luna llena, pasan cosas raras. Toda la
gente que ha estado aquí dentro cuenta cosas que te ponen los pelos de punta.
ANA- ¿Te
acuerdas de Andrés, el dueño del restaurante? Pues una vez, buscando setas, se
perdió en el bosque, vino a parar aquí y tuvo que quedarse para pasar la
noche, porque además llovía mucho. Pues al día siguiente, cuando volvió al
pueblo, estaba asustadísimo y decía que se le había aparecido la Muerte.
JAVI. Y esa
misma noche le dio un infarto en su casa que por poco lo mata.
MERCHE- Andrés
tiene mal el corazón, todo el mundo lo sabe. Además, si es tan peligroso venir
aquí... ¿Por qué habéis querido venir aquí a pasar la noche, y precisamente
hoy, que es luna llena?
MARGA- Merche,
no empieces otra vez.
ANA- Ya lo
sabes, Merche, teníamos que demostrar a estos atontaos...
JORGE- ¡Eh,
eh!
ANA- ... que no
somos unas pánfilas, a ver si así dejan de decir chorradas sobre nosotras y se
dan cuenta de que tenemos más narices que ellos.
JORGE- Eso aún
está por ver, niña, que la noche es muy larga. (A MERCHE) Y tú no te quejes que la idea de venir a pasar la noche
aquí fue vuestra, no nuestra.
MERCHE- ¿De
verdad pensáis que estáis demostrando algo con esto?
JORGE, MARGA,
ANA y JAVI (al mismo tiempo)- ¡Sí!
MERCHE (a
BEA y MANU)- ¿Y vosotros qué? ¿No decís nada?
Durante la conversación anterior
BEA y MANU se han metido en sus
respectivos sacos y ahora duermen muy cerquita la una del otro.
MARGA- No me lo
puedo creer. ¡Se han dormido!
ANA- Con lo
asustados que estaban.
JORGE- Oye, que
mi hermano no es ningún piltrafilla, ¿eh?
JAVI- ¡Qué
morro! ¿Y por qué no se lo dices a la cara?
JORGE- Para que
no se lo crea demasiado.
MERCHE- Pues si
ellos se han podido dormir, nosotros también. Venga, a los sacos y a dormir.
JORGE- Oye, a
nosotros no nos des órdenes.
MERCHE- Pues
haced lo que os dé la gana.
MERCHE, ANA i MARGA se meten en los
sacos de dormir. JORGE y JAVI se miran, indecisos.
JAVI- ¿Qué
hacemos?
JORGE- Pues...
meternos en los sacos. Pero porque queremos, no porque ellas nos lo ordenen.
JAVI y JORGE se meten en sus
respectivos sacos de dormir. JORGE empieza a buscar algo en su mochila.
JORGE (contrariado)-
Vaya.
JAVI- ¿Qué
pasa?
JORGE- Me he
dejado la manta en casa.
JAVI- ¿Y qué
vas a hacer?
JORGE-
Fastidiarme. ¿Qué quieres que haga? A ti no te sobrará una, ¿verdad?
JAVI- No.
MARGA- A mí sí
me sobra una.
JORGE- ¿En
serio?
ANA- Marga, ¿qué
haces?
MARGA- Echarle
una mano. Yo he traído dos mantas por si hacía mucho frío, pero no hace
tanto.
JORGE (orgulloso)-
Tranquila, no me hace falta.
MARGA- Vas a
tener frío.
JORGE- Da
igual.
MARGA- No seas
tonto, hombre, cógela.
MARGA le ofrece la manta. JORGE
duda. Finalmente la coge.
JORGE- Gracias.
(se tapa con la manta) Estooo... que
duermas bien, Marga.
MARGA-
Igualmente.
ANA- Tengo
hambre.
MARGA- ¿No has
cenado?
ANA- No.
MARGA- ¿Pero
no dijimos que había que cenar en casa, antes de salir?
ANA- Ya, pero
entonces no tenía hambre.
MARGA- ¿No
traes comida?
ANA- No.
Pensaba que tú traerías.
JAVI- Yo tengo
galletas.
ANA- ¿Galletas?
JAVI- Sí. Y
salchichón. Espera.
JAVI busca en su mochila.
ANA (mientras
JAVI busca)- Oye, que no hace falta, en serio, puedo aguantar tranquilamente
sin comer hasta...
JAVI (ofreciéndole
las galletas)- Toma, son de mantequilla. No encuentro el salchichón.
ANA (cogiéndole
rápidamente las galletas de la mano)- Gracias, da igual.
ANA empieza a devorar las galletas
con muchas ganas.
JAVI- Buenas
noches.
MARGA- Buenas
noches. Ana, no apagues tu linterna. Es mejor que dejemos una encendida.
ANA (con
la boca llena)- Vale.
JORGE, JAVI y MARGA se acomodan para
dormir. ANA sigue comiendo hasta que se terminan las galletas. Entonces se tumba
en el suelo, dispuesta a dormir, y justo en ese momento se oyen golpes en la
pared de la izquierda. ANA se levanta de un brinco y grita, asustada. Los otros
se despiertan sobresaltados preguntando “¿Qué pasa?”, “¿Qué has
visto?” o bien se ponen a chillar)
ANA- ¿¿Lo habéis
oído?? ¡¡Eran golpes en la pared!!
MERCHE-
Tranquilízate.
ANA- ¡¡Sonaban
muy fuerte!! ¡¡Como cuando estás muy enfadado!!
JAVI- ¡Bueno,
ya vale!
Busca en el interior de su mochila.
Saca un vaso y una bolsita y se dirige al centro del escenario.
JAVI- Dejadme
sitio.
Los otros obedecen, desconcertados.
JORGE- ¿Qué
vas a hacer?
JAVI abre la bolsa y saca pequeños
cartones, que va depositando cuidadosamente en el suelo.
JAVI- Haremos
una güija. Así sabremos si aquí hay
espíritus y si quieren que nos vayamos o dejan que nos quedemos.
JORGE- Estás
como una cabra.
BEA -¿Y eso cómo
se hace?
JAVI (poniendo
el vaso boca abajo en el centro del círculo que ha formado con los cartones)- Es
muy sencillo: pones el vaso boca abajo en medio del círculo, pones un dedo
encima del vaso y haces preguntas. Si hay un espíritu, moverá el vaso hacia el
“sí” o hacia el “no” para responderte. Si le preguntas nombres, aquí
están todas las letras. Y si le preguntas números, también están aquí.
MANU- ¿Y
funciona?
JAVI-
Generalmente sí. Si al espíritu no le importa meterse dentro del vaso, claro.
BEA- ¡Ay,
madre!
JAVI- Pero para
que funcione todos los que estamos aquí tenemos que poner el dedo así.
Les enseña cómo deben hacerlo.
Poco a poco todos, excepto JORGE, van poniendo el dedo sobre el vaso.
MARGA- ¿Tú
no, Jorge?
JORGE- ¿Qué
dices? ¡Yo paso de estas movidas! No creo en fantasmas.
JAVI- Vale.
JORGE los mira maliciosamente sin
que ellos se den cuenta y se esconde tras uno de los muebles que hay por allí,
con cara de pillo.
JAVI (al
resto)- Es mejor que apaguemos algunas linternas, así saldrá mejor. A los
espíritus no les gusta la luz. Así, muy bien. Ahora cerrad los ojos y
concentrad la energía de vuestra mente en el vaso. Concentraos...
concentraos... (Pausa breve. Con voz
solemne:) Si hay aquí algún espíritu, que se manifieste entre nosotros.
De repente JORGE tira un petardo
desde su escondite. Todos gritan y chillan, asustados.
JORGE (sale
de su escondite retorciéndose de risa)- ¡Qué guay, tío! ¡Qué pasada!
Los otros, al comprender lo
sucedido, lo miran tensos. Pausa.
JORGE- Sólo
era una broma. ¿No tenéis sentido del humor?
TODOS se lanzan sobre JORGE,
enfadados, pero él sale corriendo por la izquierda. Los otros salen tras él
persiguiéndolo, con las linternas, insultándolo y amenazándolo. Una vez el
escenario ha quedado vacío, se abre una puerta camuflada en la pared, que hasta
ese momento había pasado desapercibida. De su interior sale un chico, LUIS, con
una vela en la mano. Mira a su alrededor con precaución.
LUIS- Están en
el piso de arriba, ya puedes salir.
Sale SARA por la puerta camuflada. Es una chica más pequeña que LUIS.
Ambos están sucios y visten de forma andrajosa. Los zapatos, rotos. Incluso
pueden ir descalzos. Durante la conversación que sigue, SARA tose ligeramente
de vez en cuando.
SARA- ¡Ya era
hora!
LUIS- ¿Dónde
te habías metido?
SARA- Los quería
ver de cerca.
LUIS- ¡Ya
sabes que eso es muy peligroso!
SARA- Parecen
buena gente.
LUIS- A ti todo
el mundo te parece buena gente. Si no fuese por mí vete tú a saber dónde
estarías ahora. Te habrían llevado a una prisión o a
un campo de concentración. O a lo mejor ya estarías muerta.
SARA- No
exageres (tose)
LUIS- ¿Y si te
hubiesen visto? Suerte que te he encontrado a tiempo. Y suerte que esta casa está
llena de pasadizos secretos, si no nos habrían pillado a los dos. ¿Y sabes lo
que nos habrían hecho? ¿O es que no te acuerdas de lo que papá y mamá nos
contaron antes de irse?
SARA- No, no me
acuerdo. Eres tú quien me lo cuenta, yo era muy pequeña.
LUIS- Yo soy el
mayor y tienes que hacer lo que yo diga. “Tú me obedeces...”
SARA- (termina
la frase, aburrida) “...y yo te tengo cuando te necesito”. Sí, ya lo sé.
LUIS- Pues demuéstralo.
Ya sabes que es muy arriesgado dejar el sótano y salir fuera cuando aquí hay
gente.
SARA tose.
LUIS- Te estás
resfriando.
SARA- Ya lo sé.
LUIS- Te
prepararé una infusión con las hierbas que recogí del bosque.
SARA- Vale.
LUIS- Pero no
vuelvas a irte del sótano sin mi permiso.
SARA-
Necesitaba salir.
LUIS- ¿Por qué?
SARA- Pues
porque ahí abajo hace frío. Y está oscuro y es muy húmedo. A veces subo a
mirar por la ventana del desván y veo la...la... ¿cómo se llama eso que
brilla tanto en el cielo? No me acuerdo.
LUIS- La Luna.
SARA- ¡Es tan
bonita! Y a su lado hay esas luces pequeñitas que parece que le hacen compañía.
Las hay por todas partes. Las estrellas. Se llaman así, ¿verdad?
LUIS- Sí.
SARA-
“Luna”... “Estrellas”... ¡Qué nombres más bonitos!
LUIS- Bueno, ¿y
qué?
SARA- ¿Te
imaginas cuántas cosas debe haber ahí fuera que aún no hemos visto? Y todas
igual de bonitas. Tú has visto más que yo porque eres quien sale a buscar
comida en el bosque. Pero como a mí no me dejas salir...
LUIS- Ahí
fuera hay una guerra.
SARA- ¿Por qué
no puedo salir?
LUIS- ¡Es
peligroso! Ya te he dicho que ahí fuera hay una guerra.
SARA- ¿Y tú cómo
lo sabes?
LUIS- Cuando
papá y mamá nos escondieron aquí nos dijeron que hasta que ellos no volvieran
habría guerra. Y aún no han vuelto.
SARA- Yo de eso
no me acuerdo.
LUIS- Porque
eras muy pequeña.
Pausa.
SARA- A lo
mejor no vuelven nunca más.
LUIS- Eso no lo
digas ni en broma.
SARA- Es
verdad. ¿Y si les ha pasado algo?
LUIS- ¡No les
ha pasado nada!
SARA- ¿Y si
los cogieron y los metieron en la prisión? ¿Y si están muy lejos de aquí y
no pueden volver o no se acuerdan del camino?
LUIS- ¡Dijeron
que volverían!
SARA- Luis...
LUIS-¿Qué?
SARA- ¿Y si se
han muerto?
LUIS- ¡¡No!!
¡No puede ser! ¡No se pueden morir! Nos
dijeron que volverían. Volverán, ya verás. Y nos iremos todos juntos a una
casa muy bonita, en la ciudad. Y podremos salir de día a respirar aire fresco y
saludaremos a la gente. Porque entonces la guerra ya se habrá terminado, Sara.
¡Se habrá terminado!
SARA- ¿Seguro?
LUIS- ¡Sí!
Pausa. Se miran.
SARA (resignada)-
Pues nos quedaremos a esperarlos. (Suspira)
Bueno, ¿y qué hacemos ahora? ¿Les asustamos con las máscaras, como
siempre?
LUIS- Sí.
SARA- Vale.
LUIS- Gracias,
Sara.
SARA- No,
gracias a ti por cuidarme.
Se abrazan y a continuación se
ponen unas máscaras monstruosas que llevaban escondidas bajo la ropa.
LUIS- Por aquí
los encontraremos antes.
Salen por la derecha. El escenario
permanece en la penumbra. Llegan por la izquierda ANA, MARGA, MERCHE, BEA, JAVI,
JORGE y MANU. JORGE está muy despeinado y con la ropa revuelta.
JORGE- Os habéis
pasado, me habéis crujido a collejas.
MERCHE- ¡Como
vuelvas a darnos un susto así te va a doler hasta el ombligo!
JAVI- ¿Seguimos
con la güija?
ANA- Yo paso,
ya me han dado suficientes sustos por hoy.
De
repente se oye el ruido distorsionado de las cuerdas de un piano. Todos gritan,
asustados.
BEA- ¿Qué ha
sido eso?
JORGE- ¡Viene
de arriba!
JAVI (señala
la derecha del escenario)- ¡Ahí! ¡Veo una sombra!
JORGE- ¡Vamos!
¡Todos juntos! ¡No os separéis!
De repente entra LUIS por la derecha
con su máscara puesta y SARA entra por la izquierda, también con su máscara
puesta. Ambos llevan disfraces que les dan aspecto de espíritus monstruosos y aúllan.
Los demás se asustan y se disponen a huir, despavoridos, tanto por la izquierda
como por la derecha del escenario. De repente SARA empieza a toser. MERCHE, que
era la última que se disponía a huir, se da cuenta y se detiene. A SARA le da
un ataque de tos.
MERCHE (extrañada)-
¡Chicos, volved, aquí pasa algo raro!
SARA se quita la máscara para poder respirar mejor. LUIS, intentando
proteger a su hermana, se lanza contra MERCHE aullando para asustarla. MERCHE se
llena de valor y le quita la máscara justo cuando el resto vuelve al escenario.
LUIS se queda desconcertado.
MERCHE- ¡Son máscaras!
MARGA- ¡Es
verdad, son máscaras!
SARA y LUIS, viéndose descubiertos,
intentan huir. Los otros los retienen y los inmovilizan.
JAVI-
Entonces... erais vosotros.
MANU- Ya ves,
éstos eran tus fantasmas.
ANA- ¿Quiénes
sois?
LUIS y SARA no responden.
JORGE- ¿Qué
hacéis aquí?
LUIS y SARA no responden.
MARGA- ¿Por qué
nos querías asustar?
LUIS y SARA no responden.
BEA- ¿Sabéis
lo que habéis hecho a la gente que habéis asustado? ¿Lo sabéis?
LUIS y SARA no responden.
JORGE- ¿Por qué
lo hacéis? ¡Nosotros no os hemos hecho nada! (Amenazándolos) ¡Decid algo que os arreo! ¿Eh?
MERCHE- Déjalos
en paz. Ahora son ellos los que están asustados. (Se acerca a LUIS) ¿Cómo te llamas? (LUIS no responde) Ya veo que no quieres hablar. (Se
acerca a SARA) ¿Y tú? ¿Cómo te llamas?
SARA (algo
temerosa)- Sara.
LUIS- ¡No les
digas nada!
SARA- Ya estoy
harta, Luis. Quiero que todo esto se acabe.
MERCHE- Así
que tú te llamas Luis.
LUIS- Sí.
JAVI- Y no sois
fantasmas.
SARA- No.
LUIS- Nos
llevaréis a la prisión, ¿verdad?
JORGE- ¿A la
prisión?
ANA- ¿Por qué
os tendríamos que llevar a la prisión?
SARA- ¿Lo ves?
Son buena gente.
LUIS- Entonces
nos matarán.
SARA (asustada)-
¿Es verdad eso? ¿Nos vais a matar?
MERCHE- ¡Pero
qué dices! ¡Para nada!
LUIS- Es lo que
se hace en la guerra.
MARGA- ¿Qué
guerra?
LUIS- ¡Esta
guerra, la que hay ahí fuera! Nuestros padres nos escondieron aquí cuando éramos
pequeños y se fueron diciéndonos que no nos moviésemos de aquí hasta que
volvieran. Entonces había una guerra. Yo aún era un crío, sólo tenía 8 años,
pero me acuerdo de las explosiones, del fuego, de los gritos...
Los otros se miran entre ellos,
comprendiendo lo sucedido, desconcertados.
MERCHE- Qué
fuerte, aún no se han enterado.
SARA- ¿Qué
vais a hacer con nosotros?
MERCHE- Nada.
LUIS- Pero...
papá y mamá nos dijeron que si nos cogían nos harían mucho daño.
MARGA- No os
haremos daño. (Al resto) ¿A que no?
TODOS- No.
MERCHE- Veréis...
Es que... esa guerra se acabó.
LUIS- ¿Qué?
MANU- Se acabó
hace mucho tiempo.
BEA- Es verdad,
mi padre fue. Y cuando volvió le dieron una medalla.
LUIS- ¿Se ha
terminado?
SARA- ¿De
verdad?
MERCHE- Ya no
hay explosiones, ni fuego, ni gritos. Ya no hay nada de eso.
LUIS- ¿Y hace
mucho?
ANA- Bastante.
Pausa. LUIS y SARA digieren la
noticia. Finalmente se echan a reír y después a llorar repitiendo “se ha
terminado”. SARA, de vez en cuando, también dice “lo sabía”. LUIS y SARA
se acaban abrazando y después abrazan a los otros, que también les pueden
acompañar en su risa y en su llanto.
LUIS- Pero...
¿y nuestros padres?
MERCHE- Vendréis
con nosotros y os ayudaremos a encontrarlos. (A los demás) ¿Verdad que sí?
TODOS- “Sí”,
“Claro”, “Ya lo creo”...
MARGA- Habéis
estado viviendo con mucho miedo encima.
ANA- Casi como
animales.
MANU- Os
llevaremos con nosotros.
SARA- Seguro
que tenemos un aspecto horrible, ¿verdad?
LUIS- Seguro
que sí.
Pausa. Los demás se miran entre
ellos y van hacia sus mochilas. Sacan peines, clips para el pelo, colonia,
calzado y jerseys. Los peinan, los perfuman y los visten adecuadamente. LUIS y
SARA se dejan hacer entre sorprendidos, tímidos y alegres. Cuando terminan de
arreglarlos, lo guardan todo en las mochilas y se las ponen a la espalda.
MERCHE- Está
amaneciendo, ya podemos irnos.
Todos acompañan a LUIS y SARA hasta
el extremo izquierdo del escenario, donde se supone que está la puerta de
salida de la casa.
LUIS- Un
momento.
MARGA- ¿Qué
pasa?
LUIS- Ahora me
da miedo salir.
JAVI- ¿Por qué?
LUIS- No sé si
lo encontraré todo tan bonito como me he imaginado que sería.
JORGE- Mira,
tronco, ahí fuera las cosas no son perfectas, todos tenemos muchos defectos, es
verdad, pero aún así mola.
BEA- Sí, la
vida es bonita.
ANA- Así que tú
tranquilo.
MERCHE- Y
estaremos con vosotros. No os vamos a dejar tirados.
Todos miran a LUIS, pendientes de su
reacción. SARA, más segura que él, le ofrece la mano. LUIS duda, finalmente
le coge la mano y salen juntos de escena. Todos salen con ellos, excepto JAVI y
MERCHE.
MERCHE- ¿Lo
ves, Javi? Todo tiene una explicación lógica. No existen los fantasmas.
JAVI- ¿Y qué
me dices de ese ruido como de cuerdas de un piano que hemos oído?
MERCHE- Lo habrán
hecho Luis y Sara para asustarnos.
JAVI- Sí.
Seguramente.
Ambos salen por la izquierda. Se oye
el chirrido de la puerta de salida, que se cierra. Silencio. Al cabo de unos
instantes, se oye el ruido distorsionado de las cuerdas de un piano.
OSCURO
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